Hoy he sostenido con el pastel de queso un juego de miradas oscuras y profundas. Nos hemos mirado el uno al otro, en una lucha de voluntades. Ninguno apartaba la mirada. Podia sentir cómo, desde la distancia, presionaba en mi cerebro, en mi esofago, sentir como se hacia un hueco en mi estomago, preparandolo para su llegada. Nos hemos mirado largamente y luego he cerrado la puerta de la nevera sin haber hecho otra cosa que mirarlo. He ganado.
Estoy contento: He logrado subsistir a lo largo del dia a base de ensaladas, pures de verduras y un mísero bocadillito de lomo al mediodia que apenas me ha servido de palillo, y he logrado merendar unicamente una zanahoria. Siento el poder del cambio. Aunque puede que sea todo autosugestivo, siento que la dieta va por buen camino. Me siento más delgado, me siento adelgazar.
Mañana me voy a nadar aunque tenga fiebre ( sigo constipado).
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