martes, agosto 01, 2006

Como un polluelo saliendo a rastras del averno...

No he querido postear nada hasta estar seguro del todo, pero me parece que empiezo una nueva etapa.

Mañana hará ya dos semanas sin migrañas ni dolores de cabeza de ningun tipo. Espero que sea una etapa superada y que no vuelva a repetirse. Ha sido mi piedra de sísifo durante años, y en su dia me costó un año de bachillerato, un semestre de Linguística en la UB, otros dos de Documentación en la UB y en la UOC y algunos de los peores momentos de mi vida.

No se si pasais por migrañas, o teneis amigos que las padezcan, pero es algo insoportable. No sólo el malestar, el encontrarte por debajo de tus capacidades y, lo peor, consciente de ello, mareado, con nauseas y con una presión incontenible amenazando con convertirte los sesos en agua, sino que acabas deprimiendote porque no sabes si al dia siguiente vas a estar igual, mejor o peor.

Lo más facil es dejar que el tiempo pase y se vaya solucionando, si es que lo hace. Y es muy facil que toda tu actividad se contagie de esta actitud. Procastinación, ¿recordais?

Temo terriblemente a la migraña, porque cuando la sufro no soy yo. Es como si fuera un sombra mermada de lo que debería ser. Es como convertirte en mr hyde. Ser otro. Los que hayais leido Flores para Algernon entendereis perfectamente cómo me he llegado a sentir a veces, y no bromeo.

El caso es que aparte de migrañas tambien tenia un desarreglo con la comida, que me provocaba dolor de cabeza, y bruxismo, que, sorpresa, tambien da dolor de cabeza.

Ahora bien, en unos dos meses de dieta (saltandomela una semana en gijón) he perdido ya unos 7 kilos (Pasando de 94 a 87) lo cual hace que me encuentre mejor, y por otro lado llevo ya dos semanas usando una placa de descarga para dormir, para controlar el bruxismo.

Hay un par de dientes que me molestan, porque la placa se ajusta por completo a los dientes y va a presión, con lo que cada vez que me la pongo/quito, me da la impresión de que me voy a partir un diente o a arrancarmelo de cuajo, pero duermo practicamente de un tirón, y la presión que sentía antes en la cabeza no está. La musculatura de la mandibula, que habitualmente estaba tensa y me dolía horrores a la altura del temporal, está mucho más relajada... y el dolor se está yendo, aunque hay dias en que parece que el músculo esté despertandose y noto doloroso incluso el viento en mi escaso pelo rapado.

Hace unos dias me sorprendí a mi mismo silbando en el curro (en la biblioteca, diosss), y me dí cuenta de que a lo largo de la semana habia ido produciendose una transición. No me duele la cabeza. Vuelvo a reirme con ganas. Vuelvo a estar sociable. Vuelvo a tener ilusiones... Eso no quita que a veces esté de mala leche, claro, pero fundamentalmente mi estado es bueno.

Lo que más me alegra es que he recuperado mi claridad mental. No hay nada tan terrible como sentirse obtuso. De todas formas, voy a tener que trabajar duro para volver a poder usar la cabeza como dios manda, estoy desacostumbrado.

Me asusta. No quiero dar un paso atrás.

Me esperan unos meses endiablados y voy a necesitar estar con la cabeza clara para superarlos: voy a intentar terminar la carrera matriculandome de todas las asignaturas que me quedan, en un único cuatrimestre, dirigiré un club de lectura en una biblioteca grande (sobre ciencia ficción, más información en breve), y debo sacar tiempo para ir al gimnasio y salir a bailar (joder, es algo que me encanta, y lo hago muy poco), y tambien buscar tiempo para buscarme una novia y aplicar el doble sentido del último parentesis.

El caso es que vuelvo a encontrarme bien, pero no se lo que me va a durar, y me da miedo asumir responsabilizades a medio plazo. He perdido la cuenta de las veces que he puesto un post en el blog diciendo que volvía a postear. Esta es la N+1. Tambien he perdido las veces en que me he comprometido a hacer algo y, finalmente, no lo he hecho.

La primera meta que me he propuesto es a muy corto plazo. Aprovechando que esta semana me toca turno de mañanas estoy ordenando mi habitación, limpiando a fondo... y haciendo expurgo. Algo que creo que no he hecho en mi vida. Estoy eliminando todos aquellos libros que nunca leeré, que compré movido por un impulso o enajenación repentina (ooooh libros a euro!!!), y que lo único que hacen es criar polvo y más polvo. Me deshago tambien de notas, apuntes, libros de texto, juegos de pc, enciclopédias... descubro libros repetidos que no recuerdo haber comprado ni una sóla vez... Estoy vaciando estanterias enteras.

Pienso que esta fiebre por imponer orden en mi entorno es un paso previo para retomar un orden mental, que sólo posicionandome en un lugar ordenado voy a poder orientarme y ver hacia donde quiero ir y cómo hacerlo.

Me asusta terriblemente enfrentarme a mi pasado, este pasado que he dejado que se amontonara a mi alrededor, formando un templo de recuerdos perdidos, en el que lo bueno y lo malo se camufla entre residuos no procesados de una vida vivida a medias.

He tomado la decisición de desechar estos semiproductos y dejarme de añoranzas. No puedo conservar en una cajita todo lo pasado, preservandolo para no utilizarlo jamás. Lo que sirva, lo conservaré, lo que no, intentando que me afecte lo menos posible, se irá fuera.

En estos momentos, seis pilas de libros y varias bolsas llenas de material diverso se encuentran apiladas en una habitación. No se cual será su destino.