La guerra interminable, de John Haldeman, es uno de los grandes libros de la literatura de ciencia ficción, un clásico por méritos própios e indiscutibles, y creo que no sólo dentro del género.
La trama es un poco la de siempre, pero es su desarrollo lo que la hace única: La humanidad no está sóla, y nuestros vecinos son hostiles, así que se recluta a los mejores estudiantes y atletas para defender la tierra. Lo importante es la victoria, no importa si la mitad mueren entrenando, o si el porcentage de supervivientes a cada misión es de un simple diez por ciento. Tampoco importa que estén motivados para la lucha, pues existen métodos de condicionamiento mental. Mandella es uno de los soldados de esta fuerza de defensa, y al que acompañaremos durante toda la guerra, desde finales del siglo veinte al año 3177. Las distancias son tan grandes y las distancias tan elevadas que durante los cinco años de servicio subjetivo de Mandella para la tierra habrán pasado más de mil años, y en esos mil años la tierra habrá sufrido tantos cambios que él será llegado a considerar, por sus compañeros, como un paria anacrónico.
Una novela aterradora, por la visión que da de la humanidad, de su futuro, y de la insensatez de la guerra. Creo que la visión de la humanidad futura en este libro es de las más realistas y de las que más miedo me han dado. Yo no querria vivir en un mundo como el descrito por Haldeman, un mundo que vive en paz, mientras sus soldados luchan, pero cuya paz es peor que la muerte.
Me ha gustado tambien la era futura en la que la heterosexualidad es considerada una desviación sexual, pues el gobierno propicia la homosexualidad como método de control de natalidad y los nacimientos se hacen de forma artificial. Le da absolutamente la vuelta a la tortilla a la situación al poner a los heteros en el lugar de los homos y da que pensar sobre los prejuicios actuales. Somos consecuencia de la cultura en la que vivimos, queramos o no.
Otro concepto interesante que trata el libro es el “impacto del futuro”. Este fenomeno se produce cuando el progreso tecnologico es tan rápido que no hay tiempo para adaptarse a él. Algo parecido pasa con los protagonistas del libro, que como pierden muchisimo tiempo en los desplazamientos se encuentran que sus tecnologias se desfasan con gran rapidez. A mi me pasa lo mismo cada vez que voy a comprar piezas nuevas para el pc, o voy con traductor no se de que me hablan.
El mensaje de la novela es bastante claro, aunque habrá a quien no se lo parezca: No a la guerra, a cualquier guerra.
La guerra interminable, Joe Haldeman. Ediciones B, Colección VIB, ISBN 84-406-8601-3.
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