Esta reseña del Guild of Dungeoneering apareció orignalmente en Ludonautes.
Únete al gremio! Verás mundo! Al menos un rato. |
Cada vez que acabemos con un enemigo podremos optar a una pieza de equipo nuevo que nos otorgarán nuevas cartas y habilidades que modificarán nuestra baraja, para bien o para mal.
Podemos llevar un sombrero, una armadura y un objeto en cada mano. Salvo que seamos un Ice Cream Monk. |
Los enemigos disponen tambien de sus propias barajas y habilidades y las cosas se pueden poner muy tensas en algunos momentos.
Además, hay que tener en cuenta que sólo tendremos un control parcial de nuestro personaje. Hay una primera fase en la que robamos cartas de terreno, tesoros y enemigos, que jugaremos para configurar la mazmorra, y a continuación el aventurero se moverá él sólo hacia donde le parezca, que acostumbrará a ser el enemigo de su nivel o el tesoro más cercano, pero algunas cicatrices de batalla de tipo obsesivo nos pueden llevar por el camino de la amargura. A continuación se moverán tambien algunos monstruos, y si el héroe coincide con alguno habrá combate.
Despues de cada misión perderemos el equipo (que pasará al fondo común como dinero) y ganaremos una habilidad especial, que en ocasiones puede ser mala (como darnos a la bebida entre misiones).
A por el Liche!!! |
Ese dinero lo podemos utilizar para desbloquear nuevos tesoros a encontrar en nuestras aventuras, nuevas profesiones, talismanes... aunque lo cierto es que llegado un cierto punto el dinero te sale por las orejas y sólo sirve para acumularlo por pura ansia.
Un lizardman que no tiene ni media bofetada |
Esta segunda expansión, que vendria a ser "migraña de comer helado", introduce nuevos objetos magicos, profesiones y monstruos y una nueva dinamica de runas que pemite cribar nuestra baraja, y otorga a algunos monstruos poderes de manipulación de nuestro mazo bastante cabroncetes.
La expansión anterior era de piratas y tambien era divertidisima. Las nuevas mecanicas encajan a la perfección con las antiguas y hacen que el juego sea todavia más divertido y que a veces optes por estrategias que te van a llevar a la muerte simplemente por probarlas. Exempli gratia: el cartucho de dinamita. No puedo no cogerlo aunque se que lo más probable es que mate yo sólo con él.
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