Ayer hicimos la presentación del club de lectura de la biblioteca Jaume Fuster.
Me pasé la tarde haciendo fotocopias, preparando los dosieres, devorando bollería y cocacolas y poniendome más y más nervioso a cada minuto que pasaba.
A veinte minutos de la hora cero, me llegó un sms de Brendan Doyle, compi de Pasadizo, y me fuí un rato a la cafeteria para darle la bienvenida y relajarme.
Al poco rato, ya empezó a venir gente. Bastánte gente. Mucha gente...
Al final fuimos 21 en la primera sesión.
Fue una sesión de presentación. Quienes somos, de donde venimos, a donde vamos... En el grupo hay gente joven, gente mayor, hombres, mujeres, gente que ha leido mucho, que no ha leido nada... vamos algo estupendo, porque nada como gente diferente con visiones del mundo diferentes para poder hablar y comentar las cosas.
Para aprovechar un poco el rato, repartí a la gente del grupo unas hojas con el cuento "Los que se alejan de Omelas", de Ursula K. Leguin. No es un gran cuento, ni un buen cuento, en tanto que tiene carencias bastante grandes, pero sí es un cuento representativo de la ciencia ficción que más me gusta, la ciencia ficción de tipo social que extrapola cosas de nuestro mundo y nos deja verlas desde un prisma distinto. Mi lectura del cuento es que Le Guin nos habla de una sociedad muy similar a la nuestra, con un primer mundo que vertebra su felicidad en la infelicidad del tercer mundo, y que es plenamente consciente de ello, aunque no quiera acordarse. Es una história que, guste o no, es dura de leer. Hubo a quien le gustó, y hubo a quien no, pero creo que fue interesante leerla porque rompe un poco los esquemas a la gente que viene con una idea preconcebida de la ciencia ficción.
El caso es que se produjo algo de debate y se dijeron cosas muy interesantes, algunas sobre lo que decía el cuento, sobre nosotros y nuestra sociedad, y otras sobre la forma en que se decían, del cuento como unión de estructura y técnica.
Y con esto y un bizcocho, les hice entrega del primer libro, Flores para Algernon, y los más rezagados nos fuimos a tomar algo.
Lo cierto es que despues de haber repartido el cuento de Le Guin y mientras lo comentabamos, tuve miedo de haberme pasado, de haber sido muy duro en la primera sesión, y de haber asustado a alguno. Sobretodo cuando Flores para Algernon es un libro tierno, reflexivo y hermoso, pero profundamente triste...
Pero bueno, de momento la reacción está siendo muy positiva y estoy muy contento. Por los comentarios de los asistentes con los que tengo confianza, creo que la sesión gustó, y que no se me notó demasiado lo nerviosisimo que estaba. Y lo estaba mucho. Estuve con dolor de cabeza tensional hasta bien entrada la noche, pero lo cierto es que hoy he estado un poco como en una nube. Muy contento y realizado. Realmente alegre, y rozando la diabetes con mi amabilidad en el curro.
Joder, que contento estoy del encarrilamento que estoy teniendo estos últimos años. Por primera vez en mi vida siento que tengo una dirección. A ratos asusta, pero tambien ilusiona. :D
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