sábado, enero 14, 2006

Derechos y deberes

Ayer me las vi con un usuario en la biblioteca.

Como se puede suponer, en las bibliotecas hay que observar ciertas normas de comportamiento. No se puede comer, ni beber, ni gritar, ni hacer combates de boxeo, ni chillar, ni hablar por el movil, ni bailar, ni cantar, ni correr. Parece obvio, pero he visto a gente hacer todo esto y más.

He visto cosas que vosotros no creeríais. Merendarse una pizza más allá de la sala de novela. He visto cigarrillos humear en la oscuridad más allá de la Puerta del lavabo, y litronas abandonadas en la sala de revistas. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como las hojas de reclamaciones en la recicladora de papel. Es hora de tomarse otro café, pero muy cargado....


El caso es que ayer suena un movil (no el primero ni el ultimo de la jornada), me levanto, y pillo al sujeto tumbado en un sofá, como si estuviera en casa, hablando por el movil, como si estuviera en casa, así que le doy un toque en el hombro, pongo cara de "me duele una muela desde hace treinta y seis horas", le meto el toque y lo envio a la terraza (que no estaba ni a tres metros).

El caso es que viene el hombre al cabo de un rato, y me pega bronca porque "lo que no podeis hacer es negar a la gente el derecho a la comunicación", mi respuesta, borde, naturalmente, fue: "lo que no puedes hacer tu es anteponer ese supuesto derecho por encima del derecho de toda la gente que estaba contigo en la sala a estudar tranquilamente en silencio", y le expliqué que perfectamente podia tener el movil en silencio y salirse fuera a hablar, sin molestar a nadie. Le costó, pero al final parece que me entendió.

Y es que lo de que la libertad de uno mismo acaba cuando empieza la de los demás, es algo que muy poca gente capta o entiende o se molesta en entender. A veces me siento como si viviera en una jungla y fuera un bicho raro por el simple hecho de tener buenos modales.

Con los fumadores pasa algo parecido. A mi me parece muy bien que la gente fume... mientras no lo hagan a mi lado. Pero muchos fumadores parecen no ser capaces de entender que al fumar ensucian el aire de otras personas. Tirarse pedos puede ser muy divertido cuando estás a solas, pero no te los tiras cuando hay gente comiendo. Te levantas y vas al lavabo. ¿Porque no pueden salir a la calle a fumar?

Me parece que estoy más molesto de lo que creia al empezar el post.

A mi se me exige que sea amable en mi trabajo de atención al publico. Soy afortunado, porque soy amable de forma instintiva (¿instinto de supervivencia?), pero la misma gente que me exige amabilidad es incapaz de demostrarla. Muchos usuarios de la biblioteca se comportan ante la gente que les atiende con la misma frialdad que ante la máquina del tabaco. Te ponen los libros delante y se quedan esperando a que hagas algo. Ni hola, ni buenas tardes, ni me llevo esto.... algunos gruñen algo. Los hay que dicen "lo devuelvo" y se giran para irse. Otros dicen "me lo llevo" y se giran para hablar con el acompañante o enviar un sms. Y es entonces cuando con toda la dulzura posible les miras y les dices "¿Para llevar en prestamo o para devolverlo?", y te miran indignados...¡No has leido su mente! Si no fuera por la primera directriz (Un bibliotecario no puede matar a un usuario, ni mutilarlo, ni ponerle un dedito encima, ni mirarlo mal mucho rato por mucho que lo provoque, ni por inacción ver como dos usuarios se pegan entre ellos sin llamar a la poli) otro gallo nos cantaria.

Me revienta, ante todo, que la convivencia podria ser mucho más facil simplemente con que todos tuvieramos un poco en cuenta a los demás. Es algo que no cuesta dinero, y que no exige demasiado dede nosotros. Simplemente es el viejo desea a los demás lo que deseas para ti mismo.

Asi que, si estas palabras os llegan al corazón, venid a mi edificio y decidle a mi vecino del 2º3ª que deje de gritar y aprenda a hablar, que me tiene hasta los mismisimos, berrehablando hasta las tres de la mañana cada noche igual, que el tio tiene los biceps como melones y yo no me atrevo.

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