jueves, febrero 10, 2005

Omar Khayyam: el Rubaiyat


Renuncia a la recompensa que merecias.
Sé feliz.
No te lamentes por nada.
Lo que te ha de suceder,
escrito está en el Libro que hojea al azar
el viento de la eternidad


Omar Khayyam es uno de mis poetas favoritos.

Nacido en 1073 y muerto poco antes de 1125, vivió en un periodo bastante represivo de Persia. Se le atribuye haber sido astronomo de la corte, y se conservan sus tratados sobre el álgebra, un comentaro sobre la obra de Euclides, diversas obras sobre astronomia y matemáticas, y la creación de un nuevo clanedario.

Impresionante, supongo, pero más impresionante es su otra vertiente, la que he tenido el placer de descubrir en sus poemas o Rubayyat: la de ateo, libertino y bebedor de vino, en una época en que cada una de estas caracteristicas ya suponia verse envuelto en graves problemas. Su obra es una exhaltación del amor, amor carnal ante todo, de la virtud del vino como anestésico ante el dolor del mundo y la proximidad de la muerte, y del vacio que hay tras ella, de sus dudas respecto la fe y lo que ésta promete, y la necesidad de disfrutar de cada momento de nuestro tiempo.

¿Temes lo que puede traerte
el mañana?
No te adhieras a nada,
no interrogues a los libros ni a tu prójimo.
Ten confianza; de otro modo,
el infortunio no dejará de justificar tus aprehensiones.

No te preocupes por el ayer:
ha pasado...
No te angusties por el mañana:
aún no llega...
Vive, pues, sin nostalgia ni esperanza:
tu única posesión es el instante.

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