sábado, mayo 07, 2005

El extatico placer de la inacción

Diossss, que extático placer el del panching, tumbado en el sofá, sumido en la inacción más total, salvo para subir o bajar el volumen de la tele, ir a por un café con leche o levantarme a echar una meadilla puntual.

Anoche salimos de fiesta hasta las mil. La noche empezó un poquita chunga, cuando vimos que le habian reventado el coche a uno del grupo. Fue un cortarollos impresionante, sobretodo para los dueños del coche, que tuvieron que irse a casa. El resto, cuatro impresentables, nos plantamos en el Apolo, un poco sin estar seguros de dónde nos metiamos. Pero fue a-lu-si-nan-te.

Yo que sé cuantas horas dando saltos como cabras, sacudiendo los brazos como locos y haciendo combates de tai-chi a camara lenta, al amparo de la oscuridad y del anonimato que te da estar en un minipasillo semivacio, rodeado de gente pasada de vueltas que mira sin ver. Las largas horas de gimnasio de estas pasadas semanas han demostrado su fruto. Hoy amanecí descansado... uh, no, ahora que lo pienso no amanecí descansado, amanecí con un bocata de bacon-ques en el Tres Tombs. Desperté, mejor dicho, bastante más tarde del amanecer, a eso de las tres, descansado y hambriento.

Desde entonces hasta hace unos pocos minutos, he permanecido en estado de crisálida viendo El retorno del rey, regodeandome en la plácida sensación de los musculos machacados regenerandose de la dura noche. Sólo con la ayuda de las arengas Eorlingas de "Muerte!!" empecé a reaccionar, y terminé de despertarme con el ataque del contingente undead/pato-wc a las ordenes de Aragorn (soy incapaz de ver esa escena sin reirme).

Dias como hoy son escasos y por eso deben ser disfrutados a pleno no-rendimiento. Nadie en casa para tocarme las narices, los deberes de clase al dia por una vez (hasta que mire la agenda, entonces dejarán de estar al dia), todo el sofá para mi sólito (aunque preferiria compartirlo) y una modorra impresionante.

Ya están las pilas cargadas para una buena temporada.

Sus dejo, me voy a comer un bonito Katsudon con tal de redondear el dia (y mi figura).

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