Uy no, demasiado épico.
¿Como una gallinacea que escapa de un corral en llamas?
Una cosa que siempre me ha llamado la atención es la idea del fénix como un animal majestuoso y prodigioso que emerge de las llamas y la muerte a la vorágine de la vida, cuando más bien debia parecer un pajarraco medio chamuscado, con los ojos llorosos por el humo y una tos de cascajo.
Bueno, esta perorata viene a decir que he vuelto, o que por lo menos empiezo a tener ánimos de volver a venir por aqui. He pasado unos meses muy perros, como ya comentaba en alguna entrada anterior. Dolor, desorientación, desánimo. El no saber si mañana te vas a encontrar bien o mal hace que en un momento dado te descubras que no haces planes para nada, por puro miedo. He ido postponiendo algunos temas, retrasando otros, y cayendo en las viejas rutinas del miedo. Durante los últimos meses he vivido poco. Y ahora que me encuentro mejor, no acabo de salir del pozo del desanimo. Cuesta mejorar cuando dejas de ilusionarte por los cambios.
El caso es que últimamente las cosas están saliendo bastante bien. Estoy siguiendo una extraña dieta, fruto de mi Terapista Regeneracional, al que llamaremos Doctor Mengele. El doctor Mengele tiene unas teorias extrañas sobre mis dolencias y ha logrado hacer que encajen muchas cosas. No acabo de creerme del todo lo que me dice el hombre-medicina pero sus instrucciones están dando resultado: en un mes de tratamiento he perdido siete kilos, mis migrañas están desapareciendo, y estoy empezando a dormir mucho mejor. El bruxismo permanece, pero es mucho más leve y soportable; sólo estoy verdaderamente mal un par de dias a la semana, a veces menos.
Parece pues, que mi cuerpo está sanando, pero no parece pasar lo mismo con mi espiritu. Aunque tengo un par de proyectos que van por buen camino, y con los que he estado muy ilusionado, no acabo de acometerlos con el impetu que se merecen. Tengo pendientes reseñas para C, para Gigamesh, para el grupo de Cómic del colegio de bibliotecarios, y mi pila de libros y cómics leidos y por leer se incrementa sin que haga un mísero comentario o anotación.
Confesaré que tampoco sé muy bien que leer. Paso por algun extraño paron lector que hace que leer ya no sea tan atractivo como antes. Encuentro más placer en un cómic que en un libro últimamente.
Pero bueno, aquí terminan las quejas. Está visto que la mejor forma de empezar a interesarse por las cosas es llevar la inciativa con ellas. Esta entrada es la primera en mucho tiempo, porque sin ella no sería posible crear una segunda. Para tener ganas de escribir esta segunda es un requisito fundamental empezar hoy. Así que, empezamos...
Como un cebolleta que resurge de las cenizas....
Otia, no... soy un calçot!!!
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