viernes, diciembre 30, 2005

Siembra de Jade, de Alex Irvine.

Siembra de Jade es una novela que, siguiendo la estela de Tim Powers, presenta una versión alternativa de un periodo histórico en el que lo fantastico se entrecruza con lo histórico, los presonajes ficticios y los reales se entremezclan, y son las aventuras de los protagonistas las que definirán desde la sombra, el destino del mundo. En la história se entremezclan las desventuras de una niña marcada por el destino que busca a su padre perdido, de un padre que busca a su hija desaparacida, de un intrigante mago, de un esclavo que ansía ser libre, y de una momia que es el receptaculo de un saber y una crueldad tan antiguos como el mundo.

Cómo un libro que reune todos estos elementos puede resultar tan decepcionante se me escapa.

Siembra de jade es un libro aburrido. En ningun momento he logrado sentir la más minima empatia o identificación con ningun personaje. Me daba igual que la niña encontrase a su padre o viceversa, o que les fueran pasando cosas, les torturasen al puro estilo Powers, se encontrasen finalmente o se murieran por el camino. El brujo malvado o sus todavia más malvados secuaces ni están suficientemente definidos ni son realmente malos, ni tampoco buenos, sino más bien tienen toda la pinta de ser meros obstaculos en el camino de la trama, con la misma profundidad argumental que la ruta que toman los protagonistas.

En definitiva, es un libro en el que van pasando cosas, algunas hacen avanzar la trama, otras no, hacia un final en el que el lector esperanzado espera ver, por fin, pinceladas de la lucha cósmica entre deidades precolombinas, algo de mágia o rituales exóticos... pero no... decepcionante hasta el final.

Me lo acabé practicamente para ver como terminaba, por curiosidad más que no por el buen hacer del autor, y eso que la premisa básica del libro, el despertar de la mómia de un sacerdote azteca y su deseo de volver a traer la vieja mágia me parecian altamente prometedores. De la mágia azteca sale muy poco, apenas unas pinceladas, pero no son suficientes para justificar la relectura del libro en un futuro.

Ah, la portada es muy bonita.


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