domingo, enero 23, 2005

Migraña

Hoy tengo migraña.

La odio.

Es como un ralentizamiento de las funciones cerebrales. Como si en mi viejo pentium II me pusiera a abrir aplicaciones y aplicaciones en java hasta dejarlo sin recursos y que todo se empezase a colgar. Pantallazo azul, reiniciar y vuelta a empezar.

Es como flotar en una miasma densa que se adapta a mi cabeza y la oprime, y me dificulta la respiración, y hace que me gire la cabeza y se llene de angustia y nausea (vital y física).

Hace un par de años pasé por un periodo de seis meses de migraña continua. Seis meses de levantarme viendo como el mundo se me caia encima, y yendome a la cama con lagrimas en los ojos, sabiendo que tardaria horas en poder dormir. Hasta que llegaron las pastillas mágicas. En 24 horas desapareció. Lamentablemente, la quimica cerebral es muy sensible, así que los tratamientos no pueden prolongarse más de seis meses, y hay que pasar por un periodo de "desintoxicación", durante el cual se está bastante bien, hasta que empiezan a aparecer los sintomas de nuevo.... y allí vamos otra vez.

Me resisto a tomar más pastillas, me aguanto todo lo posible antes de ceder ante el dolor, porque se que es peligroso caer en la tentación de acabar con él demasiado a menudo. El cuerpo se hace a todo, y es posible que tarde o temprano me habitue a mis pastillas y la migraña venza sobre ellas. Es por ello que intento espaciar las tomas, e intentar aguantar los ataques como puedo. Eso es relativamente facil cuando son las ocho de la noche, o las diez, y sé que falta poco para ir a dormir, pero hoy son apenas las cuatro y media, y todavia me queda mucho dia por delante, y además, tengo trabajo que hacer.

Así que en cuanto cuelgue este post, voy a acabar de beberme mi té, voy a echar una meadilla, y me voy a tomar una de mis pastillas mágicas. Son muy chulas. Vienen envasadas al vacio dentro de un blister que va dentro de un sobre que va dentro de una caja. Se disuelven en la saliva y pasan al torrente sanguineo directamente desde la boca, de esa forma te aseguras de que te haga efecto aunque la migraña te dé nauseas. Las venden al vacio porque la mera humedad del aire basta para disolverlas. Maravillas de la técnica.

Bastará media hora para que mi cabeza vuelva a funcionar con normalidad... y algo más. Sólo los migrañosos pueden entender lo que significa esta sensación, que se parece al dolor de cabeza normal de la misma forma en que se parecen el estreñimiento y la apendicitis. La desaparición de la migraña hace que la normalidad resulte placentera. Sé que pasaré el resto de la tarde tranquilamente y relajado, a pleno rendimiento mental.

Y eso me asusta, el hecho de que mi normalidad dependa de 10 miligramos de rizatriptán (benzoato), depender de algo externo a mi mismo, sin lo que no soy más que una ruina que se arrastra gimiendo de habitación en habitación.

Aunque si he logrado escribir esto.... quizás la determinación tambien pueda vencerla.

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