Como una vela que se apaga, te fuiste yendo. Como una vela que se apaga y cuya llama tiembla, al borde de la extinción, apurando los últimos restos, hasta que ya no queda nada. Ya no hay dolor ni padecimiento, y eso es lo único bueno.
Hasta pronto, nunca adiós, sólo hasta pronto, tarde o temprano nos encontraremos.
Entretanto, te echaré de menos.
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