Este año ha sido un año bastante de mierda.
Es cierto que en él ha habido cosas muy buenas, como han sido enamorarme y mantener una relación, con sus altibajos, durante los que ya son cinco meses, y espero que mucho tiempo más, o establecerme por fin en una biblioteca fija con unas compañeras con las que me llevo de coña y hago un trabajo que me gusta.
Pero tambien ha tenido sus cosas malas y sus cosas terribles.
La primera mitad fue muy dura a nivel de estrés, trabajando como itinerante, llevando el club de lectura, formando parte de dos grupos de trabajo, y procastinando de forma continuada en diversos planos de mi vida. Consecuencia de ello, migrañas y dolores de cabeza continuados y enfermedades súbitas en el momento en que llegaban las vacaciones o tenia oportunidad de relajarme, imposibilidad de estar al día en los proyectos en los que formaba parte, procastinación continuada y un nivel de estrés cada vez mayor. Vida social cada vez más limitada, incapacidad para hacer planes a largo plazo, por miedo a encontrarme mal, y una acusada tendencia a enclaustrarme y aislarme.
El tope llegó, como comenté en la penultima entrada, a finales de octubre. Despues de un dolor continuado de diez dias, me levanté al dia siguiente al limite de mi umbral de dolor. Necesitaba una solución o corría el grave peligro de hacer alguna tontería movido por la desesperación. Mi neurologa no me daba otra solución que aumentarme las dósis de medicación y recomendarme que hicera yoga.
Gracias a Montse me puse en contacto con la gente del CENAC, un centro de medicina naturista que tambien dispone de clínica propia. Allí me recetaron una série de medicamentos homeopáticos, flores de bach, algunos productos naturales y sesiones de acupuntura semanales en el mismo centro. Tambien me recomendaron que de momento no hiciera todavía yoga o similares, que primero hicera ejercicio físico, para soltar la tensión. Tambien me hice un masaje ayurvédico de cuello, cabeza y espalda, y al relajarse mi cuello aprecieron en medio del músculo blando, las contracturas ocultas que me han amargado la existencia. Por fin, la medicina alternativa me ha dado las respuestas que la medicina tradicional no ha podido darme. Todo mi dolor de cabeza y mis mareos y mis vómitos derivan de las cervicales y de la tensión que estas transmiten al resto de la muscultura de la cabeza.
Poco a poco, desde el inicio del tratamiento, mi pensamiento se ha ido aclarando. Ha desaparecido la neblina mental que durante los últimos años había cubierto mis pensamientos sin que yo lo advirtiera , y que yo habia considerado mi estado "normal", en contraste con los picos agudos de sufrimiento de los ataques de migraña.
Por primera vez en muchisimo tiempo, me atrevería a decir que incluso años, ha regresado la agudeza mental que, aunque sabía que me pertenecía, en algun momento habia desaparecido y creia perdida para siempre. Vuelvo a sentir el placer de leer, el placer de escuchar, el placer de hablar, de sentir, de narrar. Me descubro canturreando en voz baja, sonriente, sin darme cuenta, incluso dentro de la biblioteca. Mi postura es más erguida, mi confianza regresa y empiezo a tomar las riendas de mi vida y de lo quiero hacer en vez de dejarme arrastrar por la corriente.
Estoy, una vez más, en un momento de inflexión, en el que miro atrás y me vienen ganas de llorar, ante la perdida de tiempo, recursos, momentos y situaciones, por el recuerdo del dolor, por todo lo que he vivido sin vivir, sin sentir, por los momentos que he sido pasajero de la rutina, robot esclavo de una programación inconsciente y átona, sin fuerza ni ilusión, mi humor amargo y cínico, más oscuro que la oscuridad.
Me encuentro ahora mismo lleno de emoción. Me emocionan mis lecturas, me emocionan mis amigos, me emociona la belleza de una puesta de sol, o el efecto de vidrio astillado en la decoración de una pieza de ceramica, me deleito en el sabor de la comida, ansío regresar a pasear por la montaña, caminar entre los arboles, reencontrarme con la gente que sin darme cuenta ha ido desapareciendo de mi vida y se ha convertido en una sombra en el recuerdo. Tengo ganas de hablar, de escribir, de leer, de compartir, de recuperar todo el tiempo perdido, pero sin prisas, sin estrés, sin obligaciones, quiero fluir, hacer las cosas porque quiero hacerlas y no porque me he comprometido a ello, porque el placer desaparece cuando aparece la obligación.
Naturalmente, esto implica algunos reajustes. No estoy acostumbrado a sentirme bien, a tener la cabeza clara, a que mis ideas bullan, a que el dique se haya desbordado y mi mente ya no sea un hilillo de agua estancada y se haya convertido en un torrente y mis ideas bullan y las asociaciones se extiendan como las ramas de un arbol, fractalizandose en un paisaje conceptual que crece dia tras dia. Me cuesta parar de hablar, me cuesta dejar de leer, de jugar, de escribir... mi intención al empezar este post era simplemente poner el título y decir que estaba mejor y que en breve escribiría explicando las novedades, pero una vez he empezado todo ha fluido, y me ha sido imposible dejar de escribir, como ayer no pude soltar el libro que leía hasta que se me hicieron las cinco de la mañana, o como esta tarde me he lanzado a extensisímas peroratas saltando de un tema a otro hasta que lograban hacerme callar o reconducir el tema. Vuelvo a escribir interminables frases con subordinadas enlazadas en las que el punto final parece que no va a llegar nunca :D.
Así pues, he vuelto, aquí estoy de nuevo, para substituir al extraño que se ha hecho pasar por mi durante todos estos meses. Ahora me doy cuenta de cuanto os he echado de menos y cuánto deseo volver a ver a aquellos de vosotros a los que conozco.
Por hoy, que casi es mañana, ya es bastante. Buenas noches a todos.
Besos y abrazos.
Sonando: X-Mal Deutchland. Varias canciones, pero mi favorita es Incubus-Succubus II.